Crónica del último piloto en Gol, con redespegue incluido.
Miki Fajardo
Llegamos al despegue de Loja de los primeros, sobre las 12:30, y los molinos aún estaban de atrás. Enseguida empezaron a llegar compañeros de la LAP y pronto se llenó el despegue de pilotos y acompañantes en un gran ambiente de colegas de vuelo.
Tras el briefing, las condiciones no eran como para darse prisa, pero en mi línea habitual, preparé con tiempo y me quedé observando el día que iba mejorando poco a poco.
Tuve mucha suerte en tierra porque había más pilotos en la misma situación y rápidamente nos organizamos para subir en el coche de Dani Martinez. El redespegue estaba permitido.
2º vuelo: Una vez arriba, pasadas ya las 16h y con la manga lanzada desde las 15:30, despegué todo lo rápido que pude y me dispuse a empezar la prueba. Según el cacharro hice el Start Point a las 16:25. El día estaba ya montado, las primeras térmicas eran amplias y homogéneas y eso me dio confianza para avanzar y dejar la primera sin hacer techo a 1.600m con la idea de no perder tiempo en la primera baliza, que no me costó mucho alcanzar. El viento era suave y no suponía ningún impedimento para la travesía.
Volviendo hacia la segunda baliza, en dirección al despegue, encontré una térmica en la misma línea de la baliza con la que sí hice techo, llegando a los 1.900m que me permitirían iniciar la navegación hacia el oeste siguiendo la flecha del aparato. Empezaban a formarse pequeños cúmulos por el valle, alineados con la ladera, pero alejados de ésta, bajo los que avancé parando a girar varias veces, haciendo techos que se acercaban a los 2.000m, siempre muy atento para no sobrepasar el límite de altura de la prueba.
Sobrepasado Gibalto me arrimé un poco a la montaña porque se empezaba a formar una nube en su barlovento, y una vez arriba tomé la decisión de olvidarme de la ladera para navegar sobre los pueblos y la carretera, encadenando térmicas en el Cortijuelo, Trabuco (esta me la marcó Dani Martínez), Rosario, y luego en la autovía de camino a la baliza de Las Pedrizas. Utilicé medio acelerador prácticamente toda la carrera llegando a full speed solo en fuerte descendencia. En los últimos 5 km para hacer la baliza más alejada encontré mucho viento de norte que me hizo derrapar lateralmente hacia el punto óptimo de la baliza. Una vez hecha, me fui viento en cola sin mucha altura hacia la única opción clara, la ladera del Rosario y sobre un cortijo empecé a girar un cerito que fue mejorando y mejorando a medida que derivaba hacia la montaña. Allí Pepe de Campillos giraba por encima de mí, él venía de “ticar” la baliza también, pero por la ladera, y juntos llegamos a 1.500m. Nuestra térmica se moría y Pepe se marchó sin ver que tres buitres giraban a unos 300m a barlovento subiendo al doble de velocidad que nosotros. Con esa volví a superar los 1.900m y de ahí me fui directo a la ladera del Trabuco, la Peak a medio pedal tiene un rendimiento buenísimo y llegué sin problemas con margen sobre el suelo. Una térmica más hasta los 1.600m y para el Cortijuelo. Sobre la baliza y con buena altura decidí volar hacia Gibalto para salir del radio de los 4.500m que me quedaban y para ver si estaba bueno para volver a Loja después del gol. La hora ya no era importante, a estas alturas sabía que no podría hacer ni un punto de tiempo en la manga. Gibalto no estaba bueno y tuve que rascar bastante. Arriba en el altiplano una manada de caballos salvajes corretearon cuando me vieron aparecer y desprendieron la última térmica del día. Cuando llegué a una altura mínima para volver al Cortijuelo, dejé la montaña para parar el tiempo y cerrar el gol. En el aterrizaje coincidí de nuevo con Pepe y disfrutamos mucho comentando el día que finalmente había dado mucho de sí.
Re-fly de 2 horas y 31 minutos de manga que me permitió salvar el día y cerrar el gol como farolillo rojo con una amplia sonrisa,
¡Viva la Liga Andaluza!
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